El día 12 de mayo, coincidiendo con los 50 años de la UISG, el Papa Francisco ha tenido una audiencia privada con las más de 800 Superioras Mayores, reunidas en Roma con motivo de la Asamblea General que celebran estos días. En su discurso, el Papa Francisco ha hecho un breve recorrido por los votos de pobreza, obediencia y castidad, invitando a las religiosas a que hagan ver desde lo que son, esa maternidad fructífera, propia de su condición.«¿Qué sería la Iglesia sin vosotras?». En el tema de la “autoridad” les ha insistido: “recuerden siempre que el verdadero poder es el servicio”. Por último, les ha recordado que la eclesialidad es un rasgo constitutivo de la vida consagrada, que debe ser constantemente retomada y profundizada. Finalizó su discurso dándoles las gracias “por su trabajo no siempre fácil”, “tened la seguridad que os sigo con afecto. Yo rezo por vosotras, pero vosotras también rezad por mí. Saludad de mi parte a vuestras comunidades, sobre todo a vuestras hermanas enfermas y a las jóvenes. A todas las aliento a seguir con parresía y con alegría el Evangelio de Cristo. Estad alegres, porque es bonito seguir a Jesús, es bonito convertirse en icono viviente de la Virgen y de nuestra Santa Madre Iglesia”.