La misión compartida ha centrado las jornadas de trabajo de los días 14 y 15 de enero para las religiosas y laicos presentes en el XXIII Capítulo General del Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora.
En las reuniones de las comisiones mixtas y en la asamblea capitular se ha abordado el instrumentum laboris que recoge las inquietudes y sugerencias expuestas tanto por parte de las consagradas como de los seglares en 28 presencias -de las 30 realidades del Instituto-.
Sacramento Calderón, como superiora general, valoró los pasos dados en este proceso iniciado en 2003 en tanto que “va calando en nosotros el sentido de familia carismática que es el horizonte de este proyecto de misión compartida”. En esta misma línea, no dudó en poner el valor la pasión con la que se ha abordado en este sexenio por las religiosas y por los laicos, subrayando la entrega tanto del equipo de misión compartida como de los responsables locales.
También insistió en que se trata de “un proceso vocacional”, teniendo en cuenta que “el carisma es el marco en el que todos nosotros, cada uno como religiosas o laicos, queremos vivir nuestra fe”. “A todos nos une la fe en el Señor Jesús y queremos vivirla desde el carisma legado por san Faustino Míguez”, aportó Madre Sacramento Calderón que subrayó la necesidad de “seguir clarificando el sentido y significado de la misión compartida”.